Fin de Semana en la Sierra de las Nieves

Puerto Saucillo-Cueva del agua-Cañada de Bellina-P. Saucillo
7 de Marzo de 2009

Comentado por Loli

De todos los que nos reunimos este fin de semana en el pueblo de El Burgo, 23 andarine@s escogimos esta opción.

(Grupo de 23 senderistas)


Una vez en el carril de entrada al Parque Nacional que parte de la Torre Vigía de Yunquera y como a unos dos kilómetros antes de llegar a Puerto Saucillo dejamos los coches.

Hemos ascendido por una pista, al inicio asfaltada, y luego convertida en carril de tierra.
Bordeada al principio de cultivos y viñas de las que se obtiene la uva para la fabricación del blanco “mosto” de Yunquera, la vegetación se va transformando desde especies tìpicas del monte bajo mediterráneo repoblado de pino carrasco y algunos castañares a más altura.


Ya en marcha subimos estos kilómetros por la pista sinuosa entre pinos, jaras, aulagas y torvisco con unas vistas ya espectaculares, atravesadas por las nubes bajas con las que el día había amanecido y que luego desaparecieron dando paso a un sol espléndido que nos acompañó en toda la jornada, dándole a dichas vistas un toque mágico.

Alcanzamos el puerto de Saucillo, una pequeña explanada llena de coches (entre los que se encontraban los de nuestros compañeros que optaron por la ruta Saucillo-Torrecilla).


En este punto parten varias sendas y hay un mirador desde el que se disfruta de una panorámica majestuosa, los valles de los ríos Grande y Guadalhorce y los pueblos de Yunquera,Alhaurín, Cártama, Coín, Guaro, al fondo las moles de Sierra Prieta y Sierra Cabrilla, panorámica ésta que se había desprendido ya de las nubes madrugadoras que antes la acompañaban .


Partimos por la senda que nos ha de llevar hasta puerto Bellina, pero al poco rato nos desviamos por el sendero que conduce a la Cueva del Agua adentrándonos por un tupido bosque con enormes árboles, pinos resineros de repoblación mezclados en las zonas de umbría con bellos ejemplares de pinsapos.
Apariencia como de bosque encantado, zona ideal para ambientarse en el caso de que se quiera escribir un cuento tenebroso.
Pasamos junto al pinsapo Candelabro, bello y enorme ejemplar denominado así precisamente por la forma de sus nueve brazos – ramas.


Con buena marcha llegamos al paraje de la Cueva del Agua en dónde nos encontramos una fuente con agua muy fresca y nos detenemos para tomar una pequeña colación. Subimos hasta la cueva. Por sí sola la cueva no tendría especial significado si no fuera por el maravilloso entorno en el que se encuentra. Desde la misma se alcanzan a ver unas grandiosas vistas coronadas por las conocidas cimas de nuestra maravillosa Sierra Nevada.


Nos dice Mario que esta cueva también es famosa porque en la misma se escondía el célebre bandolero Pasos Largos. Aunque no queda constancia de este hecho ( sí que lo hay de las cuevas de Clavelino, Lifa y Sopalmillos, ésta última dónde acabó su vida abatido a tiros) es muy posible que en alguna ocasión así fuera ya que sus correrías y andanzas fueron en su mayoría por esta Sierra que conocía perfectamente.


Nos incorporamos de nuevo a la senda que desde Saucillo lleva a Puerto Bellina. Seguimos encontrándonos con grandes ejemplares de pinsapo, uno de ellos diría se trata del Pinsapo Moreno, pero que si no lo es, se trata de un pariente muy cercano.


Continuamos ascendiendo y poco a poco el bosque va clareando ofreciéndonos unas estupendas panorámicas que unidas al día luminoso y a la estupenda temperatura que disfrutábamos no es de extrañar que los ánimos se caldearan y algunas voces se arrancaran por “fandangos”, al estilo “Camarón” y también, porqué no, al más puro estilo “Heidi”, el ambiente tan bucólico parece que lo propiciara.

Alcanzando la cima nos encontramos en una zona llana a partir de la cual la senda comienza a volverse bastante pedregosa. Nos detenemos en un paraje en el que confluyen varios caminos hasta averiguar la senda exacta por la que hemos de continuar. Esta ruta aunque no tiene muchas complicaciones en su andadura sí que la tiene en cuanto que hay muchos cruces y bifurcaciones de caminos.


Justo nos paramos en uno de estos cruces señalizado por unas piedras amontonadas, intento frustrado de completar un “ inushuk” ( muñeco de piedras con el que los indios marcaban los cruces de caminos). Parados en este punto seguimos maravillándonos con la vegetación y valores paisajísticos que nos rodean.

Encontrada ya la senda proseguimos la marcha hasta incorporarnos al sendero que conduce a Enamorados y Torrecilla por el que ascendemos un corto trecho del mismo hasta llegar a una cresta en la que el camino tuerce a la derecha y dónde nos detenemos con vistas sobre la otra vertiente. En concreto ya desde aquí se divisa el Mediterráneo, toda la olla de Málaga, los pueblos de la Axarquía y, girando la vista, el esplendor lejano de nuestra querida Sierra Nevada. En este paraje y con tan soberbias vistas procedemos a comernos nuestro gomoso bocadillo ( algunos preparados del día anterior) que, no obstante, nos pareció que estaba divino.

Aunque a muchos de nosotros les apetecía proseguir con la ruta se decide volver hasta Saucillo por el sendero mencionado que conduce al Torrecilla, sendero umbrío que desciende a través de un excelente pinsapar entremezclado con pinos, majuelos, enebros y jaras.


En el camino nos encontramos con una fuente de piedra, la fuente de la Perdiz, con un solo hilillo de agua y más abajo nos desviamos un poco para visitar el nevero reconstruido de Yunquera y al poco llegamos a Puerto Saucillo en dónde paramos un rato para volver a contemplar la panorámica que desde aquí se vislumbra.


Quizá la mayor atracción de la ruta es la presencia del pinsapo en todas sus etapas posibles de desarrollo, desde minúsculos plantones que van surgiendo por generación espontánea y de los que cuidábamos mucho de no pisar hasta enormes ejemplares, ya mencionados, pasando por tupidos bosques que crecen mezclados con pinos, enebros .. y con un sotobosque enriquecido de aulagas en flor, rosales silvestres, helechos, tomillo y romero en flor, heléboros … y un espeso manto de musgos cubriendo troncos y rocas así como otras variedades de pequeña vegetación con muchas ganas ya de crecer, anticipando la primavera.

Bajamos la pista de tierra para llegar hasta los coches, algunos de nosotros amenizados por un coro espontáneo que hizo un pequeño recorrido por canciones de “los mejores años de nuestra vida”.


Ya en el pueblo de El Burgo, nuestra cervecita de rigor y, unos a descansar, otros a aplastar almohada y unos cuantos prolongamos la jornada...


..,dando un agradable y bonito paseo por la ribera del río Turón, hasta llegar al dique, acompañados del sonido de sus limpias aguas y de la vegetación y campos ribereños,


con muchos ejemplares de árboles en flor que no alcanzabamos a definir, pues había almendros ya con hojas y es pronto para los cerezos, quizá ciruelos, al final decidimos que serían alguna especie de almendros con floración más tardía. ¡Que ignorantes que somos en algunos temas!



Comentado por Loli