Cascadas y cañones de rio Verde

18 de Octubre de 2014

Comentado por Jose Miguel

Entorno:Parque Natural de las Sierras de Tejeda y Almijara
Desnivel: 437m
Dificultad:Media
Tiempo: 4hrs
Distancia: 14Kms
Tipo ruta: Lineal

Cerca de una treintena de andarines nos pegamos un buen madrugón (algunos un supermadrugón) para disfrutar de uno de los parajes más bonitos y espectaculares de la provincia: los cañones de Río Verde, en la sierra de Almijara, dentro del parque natural que comparte con las de Alhama y Tejeda. A las 7 se dieron cita en el cubo los más madrugadores, que se llevaron siete coches hacia el punto final de la excursión, río Verde abajo. Allí dejaron cinco vehículos y en los otros dos volvieron para encontrarse con el resto del grupo (que partió del cubo a las 7.45 h.) en el punto de inicio de la ruta, el km 31,5 de la conocida como Carretera de la Cabra. De manera que, entre idas, venidas producto de la necesaria logística, la ruta propiamente dicha comenzó a eso de las 9.45 h. con un sol espléndido, más propio del verano que del pleno otoño en el que nos encontramos.


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Tras un corto ascenso por un bonito sendero entre matorrarales mediterráneos, con espectaculares vistas a la sierra de Almijara, iniciamos el descenso hacia el río, donde disfrutamos de uno de los grandes hitos de la ruta: la Cascada de los Árboles Petrificados, a la que llegamos tras ver una estrecha pero bonita cueva ubicada en las inmediaciones. La cascada es un salto de agua muy alto utilizado antiguamente para trasladar troncos desde la loma superior. Y debe su nombre a que algunos troncos atascados en el cauce del salto han quedado calcificados por la acción del agua durante décadas. Allí hicimos la primera parada de la jornada para hacernos las fotos de rigor y reponer unas fuerzas casi intactas.


A partir de ahí cogimos una vereda junto al río, que cruzamos varias veces haciendo equilibrio entre las piedras del cauce y llegamos a la zona que se ha convertido en el paraíso de los grupos de barranquismo. Entre caminos y paisajes espectaculares de la sierra volvimos a bajar de nuevo al cauce para llegar a las grandes pozas de río Verde.


El calor apretaba y la envidia nos corroía por no habernos traído el bañador. En la gran poza solo Miguel Serrano había venido preparado para la ocasión y, mientras los demás nos comíamos el bocadillo, Miguel disfrutaba de un gozoso baño al tiempo que trataba de esquivar a los barranquistas, que se tiraban a la poza de cabeza, de pie o como buenamente podían. Aparte de Miguel, solo Luis se atrevió a bañarse pero a él no le hizo falta ni bañador. ¡Se bañó desnudo, qué escándalo!


Más arriba de la gran poza había otra, aún más espectacular, encajonada en una de las gargantas donde los barranquistas descargaban adrenalina con sus saltos. Una belleza de lugar.


Tras esa larga parada para comer, recuperar fuerzas y disfrutar del entorno, continuamos río abajo y arriba por veredas, puentes de madera colgantes y cruces del río entre piedras, con miradores y vistas espectaculares de los saltos del río y de los barranquistas que se lanzaban al cauce desde varios metros de altura o se deslizaban por cuerdas haciendo rápel.


Llegamos al punto donde se unen los ríos Verde y Nacimiento, lo que se denomina junta de los ríos, y de ahí a los coches. Los 27 integrantes nos tuvimos que repartir entre 5 vehículos, así que dos coches tuvieron que llevar a 6 personas por un camino de cabras hasta la carretera, previo paso por la cancela del impuesto revolucionario: el camino de acceso desde la carretera es privado, pertenece a la cooperativa agrícola de Cázulas y, de una forma no se sabe si muy legal o no, hace negocio con el paso de excursionistas, a los que cobra por persona y vehículo. Gracias a la negociación de nuestro guía Javier no nos clavaron más de la cuenta y seguimos el camino hasta el punto de inicio de la ruta, unos kilómetros más arriba, para distribuirnos en el resto de coches.

La espectacular jornada andarina finalizó pasadas las 4 de la tarde con unas merecidas cervezas y refrescos y sus correspondientes tapas (que volaron rápidamente) en el mesón Los Prados.

¡Hasta la próxima!