Subida a los Lavaderos de la Reina

23 de Mayo de 2009

Comentado por Inma Romero

Quedamos en el Cubo a las 8:30hrs, para dirigirnos a la localidad de Guejar Sierra, de donde partiria una de las rutas más bonitas de nuestra Sierra. Los guias en esta ocasión fueron Juan, Cárlos y nuestro GPS que tras una larga ausencia se incorporó a nuestros caminos.

(Inma,Inma,Carmen,Luis,Carlos,Juan,Rafa,Loli,Manolo,Antonio,Diego, Lidia,Carlos,Paco,Eva,Elena,Mercedes, Lola)

Después de las fuertes nevadas del año, decidimos en la anterior excursión visitar los Lavaderos de la reina, aunque fuese un poco pronto, imaginando que habría mucha agua.


Para llegar al punto de partida de la ruta, nos dirigimos al pueblo de Guejar Sierra y desde allí seguimos las indicaciones hacía Maitena. A la salida del pueblo nos encontramos con un desvio a la izquierda, dirección al Cortijo Balderas que tomamos, y luego seguimos por una pista que nos llevó través de la loma del Cerro Papeles hasta un punto donde encontramos una cadena, lugar en donde dejamos los coches.


Iniciamos la subida por el sendero que lleva hasta el refugio de Peña Partida, para ir disfrutando de las vistas de la Sierra a nuestra derecha.


Nos encontrábamos justo en el lado opuesto de la excursión del sábado anterior, frente a La Morra y los Peñones de San Francisco.


Las nubes bajas no nos dejaban divisar las cumbres, pero contemplar el manto verde que empezábamos a dejar abajo y las lenguas de nieve cada vez mas cercanas era todo un espectáculo.


Al llegar al refugio comienzo a rascarnos el viento. “Las chicas que pensaban que ya había llegado el verano” y venían solo con lo puesto, empezaron a sentir el fresquito. Marchando chubasqueros talla XXXL.


Alcanzamos los lavaderos desde la parte superior.


¿Pero dónde están las florecillas, los lagos, las cascadas de las fotos? Aquí hace un frío que pela, está todo helado, hemos venido muy pronto.


Nos refugiamos bajo unas grandes rocas para tomar el bocata, con la niebla en el cogote y justo cuando comenzó a bajar la temperatura. A jalar rápido que aquello se ponía feo.


Ah se me olvidaba, los más atrevidos tomaron el bocata a plena interperie.


Y ahora ¿por donde bajamos? Una fuerte pendiente repleta de nieve fue lo mejor que encontramos.


No había problema, Juan nos iba marcando los pasos, dando con sus crampones grandes zancadas y dejando unos escalones que no le quitaban aventura a la bajada, no sabíamos si era mejor seguir sus huellas o directamente dejarnos caer por el tobogán.


Pero abajo estaba nuestra recompensa: ruidosas cascadas,




agujeros en la nieve bajo los que veíamos correr el agua,




borreguiles por todas partes,




alguna estrella de las nieves y florecillas incipientes.



¡A saltar toca, goretex a prueba de bombas¡


Al salir de los lavaderos y contemplarlos desde arriba, fue gratificante, había merecido la pena andarlos en la vorágine de su deshielo.

La jornada terminó con una merecida cervecita en el pueblo de Guejar Sierra

Volveremos en unas semanas para buscar las ansiadas florecillas.


Comentado por Inma Romero