Trevelez – Siete Lagunas

16 de Octubre de 2010

Comentado por Manu

Quedamos a las 7:00h en el Cubo para realizar una ruta de dificultad alta, que serviría como preparatoria para el intercajas de senderismo

(Manu,Carmen,Diego,Rafa,Raquel,Juan,Jesús,Lidia,Miguel,
Antonio,Joaquin,Alexander)

Diario de un Endemismo

Todo empezó una mañana soleada del mes de Octubre (así lo he leído en uno de sus escritos...aunque no sé leer, ehh.. .bueno, en fin, seguimos).

Estaba yo tomando el rico sol, después de mi frugal almuerzo, cuando la tierra empezó a estremecerse, y un ruidazo ensordecedor, un jaleo tremendo de movimiento de bloques, unas voces inmensas-¿ES POR AHÍ? ¿ SE VE LA VEREDA? ¡ ACERCATE AL COLAERO! ¡ ME RESBALO!- interrumpieron mi plácida y consabida siesta a estas horas del día.


De repente, unas gigantescas columnas de acero (esto del acero lo supongo porque mis conocimientos de aleaciones, la vedad, son limitados) iban taladrando el suelo, y a modo de mala leche, en la punta llevaban un pincho para que al desprevenido y al de la siesta grosera lo ensartaran como un mero pincho moruno. El caso, es que yo me libré de purito milagro, ya que una de estas columnas se me venía justico encima de mi precioso cuerpo serrano (nunca mejor dicho) cuando me voltee y con un salto al estilo Matrix conseguí aferrarme a una de ellas. Estos grandes mástiles eran manejados por gigantescas criaturas, que de vez en cuando, sobre todo cuando hace buen tiempo, nos visitan. Así que, enganchado a su prolongación metálica emprendí un viaje con ellos y me enteré de tó el cotarro.


Resulta que quedaron a las 7:00h de la mañana (hay criaturas para todo) para subirse a un autobús que los llevaría a Capileira, para después montarse en otro autobús (también llamado lanzadera, que casi la pierden por un energúmeno que se retrasó 7’) que los portaría a donde comienza nuestro territorio, o jurisdicción, como dirían nuestros hermanos del Oeste Americano. Desde este punto hasta el final de su ruta (Trévelez) estos pateadores tardaron 8 horas.


Parece ser que en 1h y 45’ subieron a la Laguna Ondera, donde se desayunaron unas ricas magdalenas que llevaba un tal Rosillo, algunos café con leche, otros lo que les dio la gana, yo que sé…






Después continuaron subiendo y disfrutando de todas las lagunas, y subieron no sin esfuerzo, porque no dejaban de jadear, quejarse, resbalarse,… hasta que pasaron El Colaero…..um… Mi Querido Colaero (nosotros vamos allí de vacaciones ).







Una vez lo colaron, sacaron unas maquinitas con las que se apuntaban y decían: Va a quedar fenomenal (si, así, como si lo dijera una niña pija),¡ Que foto más impresionante!, ¡ esto es increíble!, ¡Qué bonito!



Cuando ya se disponían a hacer cumbre en la REINA, LA ALCAZABA, uno de ellos se despistó (el de las Magdalenas) o… bueno, se despistaron los demás, porque esta criatura se encontraba malita y decidió volverse, o sea, lo que quiero decir con volverse es que se fue por otro camino para esperarlos hasta su reencuentro en otra curva de nivel. El grupo decidió no buscarlo ya que otros de su misma especie les informaron de que lo habían visto, y que se encontraba bien (aunque sin pelo).



En la cumbre estuvimos poco tiempo, ya que hacía viento y un poco de frío (aunque también porque algunos llevaban poca comida, je, je, sin acritud, eh…yo no sé qué significa esto pero el narrador lo escribe).



Así que, empezamos a bajar y bajar, pisaron las primeras nieves después del verano, y seguimos bajando hasta un pueblo llamado Trévelez.


La verdad es que disfruté mucho descubriendo colores, formas y espacios que no podría ni imaginar. El que no lo pasó tan chachi fue el que me transportaba, ya que no hacía nada más que quejarse de su rodilla. Esto de la rodilla debe ser contagioso, porque tres o cuatro empezaron a quejarse también.


La bajada fue larga pero apacible y tranquila, algún retorcijón de tobillo, luxación de rodilla, dos o tres brazos rotos, pero nada, nada de importancia.


Cuando estábamos llegando a Trevelez, no sé qué pasó, pero todos empezaron a sonreír, a cambiar de humor (se entiende que a mejor), a caminar más rápido,…la máxima expresión de felicidad de estas criaturas fue cuando ingirieron, en cantidades ingentes, un liquido amarillo al que llaman Cerveza (los menos, otros líquidos, aunque también respetables). Después empezó el alboroto, la algarabía, sacando viandas a diestro y siniestro (incluida una tortilla con virus).... y más liquido amarillo,...todos hablaban, reían,......, se lo pasaban bien los muchachos.

A partir de aquí, no me acuerdo de nada porque me cayó un chorrito de ese venerado líquido y aún me duele la cabeza.

Por cierto, para el que aún no sepa quién soy, decirle que soy gordo, de color negro y con un gran rabo…. ( por qué os reís).. además…. soy hembra.

Sí quien soy aún no sabéis, pos os jodéis, y si no queréis, pues preguntárselo a Conchi, que es la que habla de nosotros en la lanzadera, de nosotros y del parque, del Parque Nacional de Sierra Nevada. AHÍ ES NÁ.

Crip, crip.