Illora-Tozar

7 de Febrero de 2009

En el calendario teníamos preparada la ruta de Aldeire-Morrón del Mediodía, pero el crudo invierno nos obligó a aplazarla.

Como había que salir de alguna manera, porque de lo contrario nos íbamos a oxidar, a última hora, el predilecto hijo de la Cora Ilyura, D. Antonio Bonifacio Martín Rojas, digno heredero de nobles Vándalos y Silingios, nos propuso un notable faldeo por la Sierra de Madrid.

A las 10 de la mañana había por fin un nutrido grupo de andarin@s en el Franma: nada más y nada menos que quince, desayunando unas magníficas tostas con jamón y cafelito.

(Heny,Alberto,Andrés,Inma Romero,Lidia, Antonio B. y Fina, Toñi,Loli,Pacoto,Jesús y Rafi,Elena,Alfredo,Rafa)


Recargados de porcina energía, atravesamos el otrora municipio fronterizo cristiano-musulmán para dirigirnos, como no podía ser de otra manera, hacia la parte más alta del mismo. ¡A subir tocan!


Una vez fuera del recinto municipal y tras pasar por delante de las posesiones de nuestro ilustre guía, divisamos una magnífica panorámica general con Íllora como centro, con su castillo árabe y su cristiana iglesia de la Encarnación, detrás Parapanda y al fondo la llanura de la vega de Granada interrumpida por Sierra Elvira y limitada al final por Sierra Nevada. Una primera visión digna de contemplar.


Enseguida empezó la ruta senderista en sí: un recorrido salpicado de tierras de labor, bosque mediterráneo, algunos pinares, dolinas y algún que otro lapiaz.


Las recientes y generosas lluvias había hecho renacer multitud de fuentecillas que alimentaban otros tantos riachuelos que a primera hora de la mañana aún estaban llenos de escarcha y en los remansos permanecían helados.


Por un hermoso bosque mediterráneo alcanzamos La Laguna, donde tuvo lugar el primer renuncio:
¡Vamos a rodearla…!
Pues no, la parte femenina manifestó su renincia a mancharse de barro los bajos. La verdad es que el paraje se merecía un poco de barro pero más pueden dos tetas que dos carretas, así que carretera y mante nos vamos.


Seguimos una preciosa senda llena de escarcha, restos de granizo nieve y una hermosa vegetación principalmente de chaparros y encinas.


Alcanzamos la fuente grande y realmente grande, lo que se dice grande, PARAPANDA. Inmensa, blanca y agreste, parece haberse hecho mayor. La nieve realza los escarpes y le da una majestuosa solemnidad.
Para alegría de antonio B. los asistentes nos quedamos boquiabiertos ante la belleza del panorama.


Luego pasamos por unos cortijos de nuevos ricos… una hermosa uvala, que se conoce como “el lagunazo” nos lleva hacia el Tajo del Sol, pero el segundo renucio se manifiesta.
“P’os no, ar tajo no, hay que acelerah pa ir a comé a Tózah”.


Como fue una fémina la que lo propuso dejamos la senda al tajo y nos dispusimos a bajar a Íllora. La vereda, preciosa con una exuberante vegetación nos llevó de nuevo a las posesiones de Antonio B. donde cogimos los coches y nos fuimos...


...al “Marcelo” un coqueto restaurante en la cosmopolita y elegante villa de Tózar, cuna de nuestra insigne compañera Lidia.


Tras una jartá de comer y una tourné por la parte cultural de la villa, nevada incluida, ...

...absortos por la belleza del valle al que se asoma Tózar, dimos por concluida la enriquecedora jornada.

¡¡Que se repita!!



Comentado por Rafa