Vereda de la Estrella - Aceral

Primera salida de la temporada 2008-2009

Quedamos a las 9:00hrs en el cubo, el día 13 de Septiembre de 2008, para realizar la primera salida de esta temporada, en donde como es un clásico ya, comenzamos a elaborar el calendario para este año. El guía en esta primera ruta, como buen Coordinador fue Diego.

(Diego, Juan, Rafa, Carmen, Eva, Antonio, Miguel, Inma, Irene, Elena, Paco)

No entiendo por qué, pero tiene que ser en el mes de septiembre de cada año, el que haya que iniciar nuevas temporadas de todo, cursos, modas, senderismo…, en fin será cosa de las tradiciones.


Ya en 1973, estando un servidor estudiando en la universidad, el por entonces ínclito ministro de educación y ciencia, D. Julio Rodríguez Martínez, también conocido en la época como Julito el Breve, propuso que los cursos lectivos comenzaran en enero y terminaran en diciembre, para simplificar aquello de curso 71-72 o 72-73, que liaba un montón.
El comienzo de su nueva manera de contar las temporadas, fue el fin de su ministerio y desde entonces otra vez seguimos con las temporadas cabalgadas sobre los calendarios.

Bueno, creo que me estoy yendo por otros senderos que no son los que pretendía, vuelvo al que no debí abandonar al principio.


Hemos comenzado una nueva temporada de senderos, la 2008-2009, sin mucho éxito de convocatoria por cierto.

Sólo 11 para la fácil, tradicional, hermosa y cansina ruta de la Estrella.

Tras un pequeño cónclave se redefinió la senda a seguir:

Vereda de la Estrella –> Real del Genil -> Cueva Secreta –> Barranco de Lucía –> Refugios del Aceral y de la Cucaracha –> Cuesta de los Presidiarios –> Puente de los Burros –> Vereda de la Estrella -> Cervezas.



Nuestro Coordi se sintió feliz,
en treinta segundos habíamos alcanzado el acuerdo y además si este año no conseguimos mejorar éste poder de convocatoria nos ahorraremos un montón de trabajo para el próximo intercajas.

Está claro que hoy tengo rollo para rato y no logro quitar la paja del trigo. A ver, quitemos la paja…

El primer trayecto fue vertiginoso, parecía que no había habido interrupción alguna de las marchas. Todos en forma, en línea y a paso de “marine” de las películas de jolivud. En un santiamén estábamos en el Real del Genil.

Saltar a Cueva Secreta fué un pis-pas.
Al llegar al paraje –indefinido-, me propuse enseñarles un nacimiento de agua ferruginosa que yo había frecuentado de joven (allá por la época del antes citado Julito El Breve), para que bebieran y recuperaran el apetito, pues esas aguas tiene la propiedad de eliminar la inapetencia (de comer quiero decir).

Como Eva no llevaba agua se apuntó a seguirme y ya se sabe, donde van dos… enseguida estábamos todos buscando el preciado manantial.

No lo veíamos, probablemente a estas alturas del cambio climático ya esté seco. Divisamos uno pequeñito al otro lado del Valdecasillas y fuímos hacia él.

Eva no sólo tenía ganas de llenar su botella de agua, sino que quería aprovechar para lavar sus calcetines. Con poco disimulo decidió poner el pié en piedra resbaladiza y encontró una buena excusa para andar por el cauce del río.

Entre fotos y risas nuestra reportera más dicharachera sitió calor y también buscó la misma excusa. Puso pié en la mismitica piedra que Eva y ¡zás! ¡glub! ¡glub! ¡glub! No sólo lavó los calcetines sino la camiseta, el pantalón… en fin que hizo toda la colada…

Ninguno bebió del manantial ferruginoso, pero algunas volvieron más fresquitas.

De allí vuelta al Real del Genil, donde se produjo una escisión del grupo.

Un servidor que se va haciendo mayor por segundos sintió como suya aquella frase que de Ingmar Bergman dicen que dijo:

“Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.”

Como ya por viejo lo veía todo claro, decidí retornar por mi denostada Estrella y dejar a la juventud que quemara sus sobrantes energías Lucía arriba.

Pensé que volvería sólo, pero no todos tenían ganas de trepar.

Los que aún exigían marcha al cuerpo subieron el barranco de Lucía para seguir el itinerario marcado (Irene y Migue, Eva, Antonio, Diego y Juan) y....

....el resto volvimos Estrella abajo (Carmen, Elena, Inma, Pacoto y yo).


Si habíamos corrido a la ida, no os quiero contar a la vuelta, parecía que el último iba a tener que pagar las cervezas.


En éste frenético reto, Inma nos sorprendió con un nuevo aterrizaje, esta vez un poco menos gracioso ya que se hizo un poco de pupa.

Su fuerza de voluntad y su buen talante le hicieron olvidar pronto lo ocurrido y a las siete horas exactas de la salida ya estábamos ante unas espléndidas cervezas con tapa ajena. ¡Hummm qué ricas!. Repusimos electrolitros, que para los que no lo sepáis son litros de electrolitos, y algunas de las calorías que habíamos gastado ingiriendo amén unos choricillos de nada.

Como decía la orden del día, antes de despedirnos hablamos del calendario de excursiones para la nueva temporada.

Como no habíamos hecho ninguno los deberes, se mencionaron las facilonas de siempre, que si la Alcazaba por El Colaero, que si el Atlas pero descalzos, que si El Caballo con nieve y los ojos vendados, que si la Sagra con crampones, que si la Maroma pero andando hacia atrás… ya sabéis cómo maquinan el Juan y el Diego (un servidor no)

Al final nos despedimos esperando que pronto nuestro coordi nos convoque a la que sea, que será para el 27 de septiembre y a la que esperamos que vengáis algunos más.




Comentado por Rafa