Domingo, 3 de Junio de 2018
Promotores: Luis y Mati
Comentado por Jose Antonio
El viernes 4 de mayo llegamos, cada uno cuando y por donde pudo, a la Villa turística de Laujar de Andarax. Algunos paramos en Berja, antes de llegar, para disfrutar de algunos de sus rincones, como la Plaza Porticada. Poco antes vimos un precioso arco iris que adornaba los paisajes de la zona.
(Nacho, Luis, Mati, Inma Andarina, Domingo, Carmen Moral, Jose, Rafa, Mercedes, Maribel, Mª Angeles, Joaquín, Matilde, Migue, Jose, Mª Luz, Manolita, Celia, Luis Osorio, David )
Descripción
Nos sorprendió la Villa por su prestancia, bonitos jardines , instalaciones en general, vistas y entorno. Una vez completados los trámites de llegada nos dividimos en dos grupos: uno se quedaba a cenar en la Villa y otro se fue a disfrutar de los alrededores, para terminar todos en el “Bar del Pulpo y las tapas de diseño”, donde disfrutamos de la gastronomía y tinto del lugar. No abusamos pero descansamos plácidamente, unos más que otros.
El sábado 5 Luis tocó diana a eso de las 7.30 y Mati nos avisó de que teníamos hasta las 8.30 para desayunar. Cumplimos las instrucciones y a la hora prevista estábamos todos en el parking para salir en dirección al punto de inicio de nuestra primera excursión, la Hidroeléctrica de Láujar.
De ahí empezamos a subir y subir, disfrutando de la vegetación y de los bonitos paisajes. Poco puedo decir después del tiempo transcurrido, salvo que llegamos a casi 2000 metros, pasamos por el Barranco del Aguadero, anduvimos por una acequia, unas veces por dentro y otras por fuera…no nos llovió, pese a las previsiones,
…ah y que muchos descubrimos las habilidades fotográficas de José Luis, marido de Carmen, y su carácter alegre y extrovertido; ¡que buenas fotos sacó! Otras poco habituales y de carácter no menos agradadable son, Mercedes, mujer de Rafa; y Manolita, amiga de Mariluz. Un pequeño grupo hizo una salida alternativa con rasgos culturales y gastronómicos en plan relax.
Sobre las 3 de la tarde comimos al lado de un arroyo y emprendimos el poco camino que nos quedaba para volver a Laujar.
Por la noche Luis nos animó a Visitar Almócita, pueblo de 120 habitantes, a 20 kilómetros de Láujar, en el que se celebraba la fiesta de Los Candiles. Costo algo más de media hora aparcar, en medio del campo, con riesgo de rotura del cartel, porque había otras cinco mil personas intentando hacer lo mismo. Todavía nos preguntamos qué hizo el Alcalde para dar cabida a tanta gente,…menos mal que la Guardia Civil estaba por todas partes para poner orden.
En Almócita tienen el Candil más grande, no sé si de Europa o del mundo, al que le prenden fuego en ese día tan señalado de sus fiestas, precedido de unos bailes heteropoéticos de nuestros ancestros,…y seguido de distintos conciertos, encendido de fogatas y más candiles, y otras actividades a lo largo y ancho del pueblo,…más bien a lo ancho. El discurso del Alcalde y del padrino de las fiestas nos adormiló un poco, lo de siempre en “tos laos”….menos mal que los 15 intentos de apagar las luces del pueblo nos espabilaron.
Tras nuestra incursión cultural regresamos, parando entes en Fondón para echar una o varias cañicas, según los casos, y conocer con más detalle la gastronomía de la zona. Tras este primer intento hubo dispersión y, por lo que contaron, unos degustaron en Laujar los dulces de la zona con un vasico de leche y otros echaron más cañicas y algún güisqui (tamos en España). Tras los actos de cierre del día nos fuimos al catre a descansar, después de tanto y tan variado meneo.
El Domingo volvimos a Almócita a ver los restos del fiestón universal de la noche anterior y a iniciar nuestro segundo recorrido, tanto o más bonito que el del día anterior.
Tras una visita inesperada al exterior del Camping de Almócita volvimos sobre nuestros pasos hasta que reconocimos el inicio del sendero de bajada, que nos permitiría llegar al fondo del Valle, atravesar un riachuelo y volver a subir por el otro lado del valle, hasta un aprisco de cabras y ovejas. Alguno estuvo pensando en echarse al morral alguno de los corderos que andaban por allí, pero desistió porque estaban bien criados y “la caló” apretaba.
Continuamos nuestro recorrido por la ladera de un nuevo valle, en alto, con unas vistas muy bonitas que nos recordaban a los tajos del río Cacin. Llegamos al río y fue llegar al agua y abandonarnos Miguel Serrano Y Maribel Bravo, con la excusa de que salía para Madrid, Miguel, y de que el niño taba solo, Maribel. Es bromaaa, los dos tenían cosas urgentes que hacer.
Después llegamos a la entrada de un pueblo que no era por donde había que ir , pero descubrimos pronto donde erramos el camino y llegamos a Almócita, donde “absorbimos” unas bebidas con burbujas y fresquitas, que nos sentaron a gloría después de sufrir los estragos de “la calo”. Acto seguido nos fuimos a Fondón al restaurante “toestarico” , a la salida del pueblo. Allí nos tenían preparadas unas viandas muy bien “guisás” , “apalabrás” por Luis con el asesoramiento de Matí.
Después de dar buena cuenta de lo puesto emprendimos la vuelta con la sensación de haber pasado un buen fin de semana, muy currado por Luis y Mati (Graciaaaaas!!!…), muy bien acompañados y que a algunos/as nos ha ayudado a descubrir más encantos de la zona. No estaría mal repetir.
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