Parque Natural del Despeñaperros

12 de Marzo de 2016
Promotor: Andrés Cubero

Comentado por Rafa

Salimos en autobús desde el Cubo a las 7:45 para dirigirnos al centro de visitantes Puerta de Andalucía en   Santa Elena (Jaén), para recoger al guía, de aquí continuamos en bus hasta Miranda del Rey, lugar en el que comenzamos a andar.

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(Mati, Luis, Loli, Antonio Martin, Ana Ariza, Naxo, Mariano, Amigo de Mariano, Mari Luz,  Jose Antonio, Rafa, Celia, Luis, Eva, Mercedes Cabello, Andrés, Joaquin, Ana Burgos, Jesús, Rafi, Macarena)

 

Lugar: Parque Natural del Despeñarros
Dificultad: Media
Tiempo: 6:00 hrs
Distancia: 16 Km

Como buen mengibareño, enamorado de su tierra, Andrés Cubero nos invitó orgulloso a una interesantísima marchilla por uno de los parques naturales de su provincia:

 “Os voy a llevar al Parque Natural Despeñaperros que concentra un extraordinario patrimonio histórico, geológico y natural. Su caprichoso paisaje de roca y bosque alberga pinturas rupestres, misteriosos santuarios ibéricos, ecos de cruentas batallas y la épica aventura de los colonos venidos de Europa. Además constituye el entorno ideal para descubrir singulares formaciones geológicas, fotografiar los matices multicolores, observar el vuelo de grandes rapaces…”

 

Todo eso nos dijo, así que no había excusa alguna para no asistir.

Por mi parte, además, el mismo nombre del lugar “despeñaperros” me garantizaba que nadie de la peña se atrevería a llevar un can…

En la puerta del cubo, más o menos puntuales, nos subimos al bus para dirigirnos al norte de la provincia de Jaén.

Tras una primera paradita en la rontoda de Hipercor, donde Mariluz tuvo a bien asombrarnos con un tempranero sprint de 100 metros lisos que corrió en un pis pas, hicimos otra en la Venta de La Nava para recoger a Ana Burgos y a su sobrina.

Ya completado el grupo, nos dirigimos a Santa Elena para coger la carreterilla que nos llevaría al centro de visitantes “Puerta de Andalucía” donde nos esperaba Bautista.

El centro, pequeñito, pero con interesante información botánica, geológica e histórica, dio pié a Bautista para empezar a ilustrarnos.

El sendero lo iniciamos un par de kilómetros más al este, en la aldea de Miranda del Rey, donde, para cogerlo con fuerza, degustamos una tarta de chocolate que, al parecer, resultó escasa.

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Y empezamos a subir entre las explicaciones de Bautista:

“a pesar de que Despeñaperros es uno de los parques naturales de menor superficie de Andalucía, concentra un extraordinario patrimonio geológico, natural e histórico. Sus desfiladeros han sido el escenario de diferentes episodios épicos como la batalla de Las Navas de Tolosa…” 

Ascendimos suavemente por una soleada ladera, el Sendero del Empedraíllo, rodeados de encinas que se entremezclaban con pinos, coscojas y jaras.

Bautista siguió relatando:

“a causa de su estratégica ubicación, estas tierras fueron pobladas por numerosas culturas desde la Prehistoria que han dejado interesantes signos de su paso. Una de ellas, la íbera, realizaba ofrendas en forma de estatuillas de bronce, conocidas como muñecos por los lugareños. Estas ofrendas religiosas se llevaban a cabo en lugares considerados sagrados como el Santuario del Collado de los Jardines, donde se encuentra la Cueva de los Muñecos. Además en alguno de ellos, pueden encontrarse anteriores y atípicas muestras de arte rupestre, que confirman la percepción mística que el hombre antiguo tuvo de estos lugares. Otros ejemplos de estas pinturas se encuentran en cuevas como la del Santo o las de Vacas de Retamoso…”

Y así llegamos al Empedraíllo, la antigua calzada romana empedrada, que discurría junto a una frondosa vegetación natural, parte del gran legado del pasado histórico en Despeñaperros.

Una vez sobrepasado este interesante lugar, Bautista nos amenizó la marcha con otra batallita, bueno, otra batalla, porque lo fue en toda regla. Empezamos a movernos por donde lo hicieran las huestes del califa almohade Miramamolín (Muhammad an-Nasir), y donde se enfrentaron a los ejércitos de los reyes Alfonso VIII de Castilla, Pedro II de Aragón y Sancho VII de Navarra. Aprendimos entre otras muchas curiosidades de donde viene la expresión “llover chuzos de punta” y Macarena se trajo como recuerdo uno de esos chuzos.

Entre batallita y batallaza llegamos al “Salto del Cura” idílico lugar con su laguito y su cascada y donde la enhiesta cuarcita armoricana se nos mostró con todo orgullo y donde tomamos un refrigerio para seguir por una zona escarpada hacia unas peñas donde vimos la primera pintura rupestre del día.

Tras otro tramo de pista, llegamos al Castillo de Castro-Ferral.

Parque natural del despeñaperros

Bautista no tenía mucha intención de llegar hasta él, creo que por falta de resuello, pues ya llevábamos un buen rato de pateo y hacía calor, pero ante la insistencia del grupo cedió y retomó el relato:

“ aunque lo llaman Castillo, en realidad son las ruinas de un torreón vigía árabe de la época de La Batalla de las Navas de Tolosa que tuvo lugar por estas tierras en el año 1212…

Y se animó a contar otra batallita:

“la del pastor Martin Alhaja… que enseñó un paso –el de la Losa- seguro y accesible por el que los ejércitos cristianos podría llegar hasta el enemigo sin ser advertidos… “

Una vez repuestos – lo digo por la comida, no de la batallita- retomamos la marcha hacia el Collado de la Aviación donde B nos aclaró:

“… se llama así porque sirvió de punto de observación aérea durante la Guerra Civil española… “

desde allí, por un marcado sendero llegamos al lugar mas espectacular, quizá, de todo el sendero.

Tras un pequeño trepe por rocas cubiertas de líquenes y musgos, que les daban una apariencia casi mágica, alcanzamos el mirador sobre el monumento natural de Los Órganos (de nuevo, la cuarcita armoricana dispuesta en capas verticales creando estructuras que en cierto modo recordaban los tubos de un órgano). Desde el mirador la vista se ensanchaba y divisamos el desfiladero, la autovía, las líneas de ferrocarril, Santa Elena…

Tras decenas de fotos, acometimos el sendero del Barranco de La Niebla, precioso, donde además tuvimos la oportunidad de ver en la cueva de Vacas del Retamoso pinturas neolíticas –zoomorfos cuadrúpedos, antropomorfos cruciformes, diversos trazos verticales y horizontales, aspas, etc.

Parque natural del despeñaperros

Y por fin, tras una vertiginosa bajada, nos despedimos de B, nos subimos al bus y regresamos a Granada, agradeciéndole a Andrés el magnífico día.

 

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Video Realizado por Nacho

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