Fin de semana en el Valle del Genal

Del 27 al 29 de Noviembre de 2010

Comentado por Inma Romero

Nos reunimos un numeroso grupo de Andarines para pasar un magnífico fin de semana por la Serrania de Ronda y así poder descubrir lo que no dió tiempo a ver en la temporada anterior.

(Loli, Manolo, Jose Luís, Lola, Elena, Gonzalo, Diego,Elena, Andrés, juana Mari, Andresito, Jesús, Rafi, Inma, Domingo, David, Inmita, Pacoto, Vero, Alonso, Paco, Ana, Maty, Heny, Toñi, Macarena, Lidia)

Excursión Bajo Genal: Genalgaucil-Benarraba-Algatocin

El pronóstico del tiempo no había fallado, amanece cubierto con algo de viento en el bonito valle. En el desayuno nos comentan que la zona está en alerta amarilla.

Así que pertrechados de chubasqueros, polainas, alguna ropa de repuesto, nos subimos a las 8:30 de la mañana en el bus que nos va a llevar hasta Jubrique, nuestro punto de partida de la ruta. Por el camino, a malas penas disfrutamos de las vistas, entre la lluvia, las numerosas curvas y la velocidad del bus, que nos llevaba a toda leche. Al bajar del bus un vientecillo serrano nos revolaba los chubasqueros y los paraguas, allá vamos.

Comenzamos bajando desde Jubrique hasta el río Monardilla (afluente del Genal) por un estrecho sendero, todo el suelo forrado de trebolillo y hojas. Nuestros plásticos de colores hacían una paleta de colores sin igual dentro de esta maravillosa primavera de cobre. Los castaños ya están muy pelones, pero en esta parte del Genal hay una gran mezcla de castaños, alcornoques, encinas y quejigos, rojos zumaques, incluso alguna pita que denota la proximidad del Mediterráneo. Algunos alcornoques presentan su tronco desnudo, con el corcho reciente sacado. Muy al frente no podemos mirar, ya que la lluvia no cesa y hay que estar muy atento a donde poner el pie.

Tras cruzar el Monardilla a través de un pequeño puente, comienza un ascenso serpenteante por el arroyo de los Redondillos, en dirección a Genalguacil. Atravesamos un frondoso bosque, repleto de humedad.

A nuestra espalda queda Jubrique, colgado sobre el valle, y pronto divisaremos Genalguacil, al que llegamos descendiendo por una veredilla.

Nos adentramos en sus laberínticas calles, extremadamente cuidadas y decoradas con macetas, y lo más asombroso es que tiene arte por todos los rincones (fuentes, chimeneas, tallado en madera, bronce), se trata de un auténtico museo al aire libre, para el que han utilizado piedra, madera y metal de la zona. Estos pueblos del Valle del Genal, al igual que los de nuestra Alpujarra, estuvieron habitados por los moriscos tras la reconquista de los Reyes Católicos, y denotan su presencia árabe, con sus casas encaladas de una única planta.

El viento arrecia cuando estamos en la plaza del pueblo y vamos bastante mojados, un humeante café nos espera.

La lluvia persiste, pero continuamos nuestra ruta hacia Benarrabá. De nuevo un descenso hasta el mismo río Genal, que cruzamos a través de una pequeña área de recreo donde los lugareños aprovechan en verano para darse un chapuzón en las pozas que se forman.

Ahora tenemos que apechugar con una fuerte subida, por la que acortamos un poco para alcanzar Benarrabá, situado en la ladera del monte Porón, con la Sierra Crestillina de fondo. Estamos al filo de las 2 de la tarde, y en este pueblo va a caer nuestra merecida cerveza en el primer bar que encontremos. Vamos mojados ya hasta los huesos.

Pero como también sabemos mimarnos, menudos platillos de albóndigas, manitas de cerdo y carne en salsa nos comimos. Y después, cualquiera salía a andar otra vez , ahora si que llovía fuerte. Estamos tan sólo a 6 Km de Algatocín.

Tras intercambiar nuestros guías impresiones con los hombres que había en el bar, entre ellos el alcalde de Benarrabá, dos furgonetas nos sacaron de allí, y nos llevaron hasta la puerta de nuestro hotel.

Si bien en la ruta no pudimos disfrutar a gusto del paisaje, ni del callejeo por las calles de los pueblos, si que lo hicimos de la belleza del otoño, con el agua recién caída, y también de la amabilidad de la gente, entre ellos nuestros dos guía los Rafales. Una excursión muy mojada, y muy divertida.