Intercajas Senderismo Asturias 2009

Del 27 al 31 de Mayo de 2009

Comentado por Loli

La X concentración ACRECA Intercajas de Senderismo ha tenido lugar este año en la bonita localidad asturiana de Cangas de Onís, la que fuera primera capital de España y actualmente capital del concejo, del 27 al 31 de mayo.

La organizadora de esta X concentración ha sido CajAstur, delegando dicha misión al grupo de Esquí y montaña. Todo un despliegue de personal y voluntarios que con su gran amabilidad y buen hacer han hecho posible que todo saliera de maravilla, incluyendo las plegarias a “la Santina” para que todos los días gozáramos de un tiempo estupendo, con mucho sol y buena temperatura ( incluso calorcillo algún día).

Recordaremos con agrado la simpatía y amabilidad de Chus, Domingo, Abel?, y de todos los otros cuyo rostro conocemos pero no sabemos sus nombres.

Nos reciben el primer día con una espicha, banda de gaitas y pantallas gigantes para ver la final de futbol. Reunión agradable dónde el “naranja” de nuestras camisetas brillaba con el sol poniente y su reflejo podía verse, como no, desde Gijón.
Han planificado estas jornadas bajo el lema de Piedra, Mar y Bosque.

Primera Jornada: Ruta del Mar

27 de Mayo de 2009

INTEGRAL DEL SUEVE:
- Desnivel de subida: 900 m.
- Desnivel de bajada: 1000 m.


La Sierra del Sueve se levanta sobre el nivel del mar por encima de los 1.100 m., en concreto su cota máxima la alcanza en el Pico Pienzu con 1159 m. Además de ser la cota más alta es la más cercana al mar de todo el litoral asturiano, lo que hace que desde su cima se tenga una de las mejores panorámicas de todo el mar Cantábrico. Es lo más parecido a una vista aérea. Detrás aparecen imponentes los Picos de Europa.


Comenzamos esta ruta al lado del mirador del Fitu y ya desde este mirador empezamos a maravillarnos de las espectaculares vistas de la Cordillera Cantábrica, ya podemos ver los concejos de Colunga, Villaviciosa, LLanes, Ribadesella, ..

Los ánimos y las fuerzas al inicio son grandes lo que hace que la primera fuerte cuesta anunciada, para situarnos en lo alto de la Sierra del Fitu, pase casi sin darnos cuenta. Llaneamos y pasados los pinos entramos en terreno de matorral dónde nos encontramos con las primeras panorámicas de los Picos de Europa, panorámica que no nos abandonará hasta casi el final de la ruta.

Se llega a un collado herboso, El Bustacu, ( 670 m), preciosa majada dónde se realiza la primera paradita para investigar el contenido del pic-nic que nos han dado antes del inicio.

Por todo el trayecto hemos ido encontrándonos con varios grupos de vacas pastando ( paisaje repetido en todos los días) en el intenso verde asturiano y de caballos con una planta preciosa, pero los famosos asturcones, que se encuentran en esta sierra, no se han dejado ver.

Ya desde El Bustacu tenemos una perspectiva de lo que nos espera para alcanzar el pico Pienzu cuya cruz metálica se deja ver en ocasiones.

Y comenzamos a subir por un valle hasta lo alto del collado herboso que desde abajo se divisa, a la derecha queda el pico.

Y a partir de aquí comienza la verdadera subida en lo que al principio parece un sendero señalizado que pronto se convierte en infinidad de senderitos marcados por el ganado y por los muchos participantes de la ruta ( 170, 180 ). Al poco cada uno va cogiendo el ritmo que más le conviene y subimos, ¡subimos!, con mucha pendiente y buscando el mejor camino entre los peñascos calizos y los matorrales, admirando de vez en cuando las increíbles vistas que tenemos de espaldas y las que vamos dejando abajo.

En la cumbre del pico ( 1159m.) nos encontramos con la inmensa cruz de estructura metálica y EL VIENTO. Un viento helado que viene del Cantábrico y que hace que a toda prisa rebusquemos en la mochila las prendas de abrigo. Nos reagrupamos y la típica foto al pie de la cruz con la bandera de nuestra Caja, la cual a duras penas podíamos sujetar debido al fuerte viento.

Ahora comprendemos lo que querían decir los organizadores de la ruta cuando indicaban que era “como volar sobre el mar”. La perspectiva de la costa, del mar, los pueblos y el paisaje en general a esta altura, es como una perspectiva aérea, “como si volaras”. O quizá, tal vez, a lo que se querían referir era que literalmente “te vuelas” con el viento soplante.

Con esta subida al pico más alto de la sierra, crees que lo peor ya ha pasado, pero ¡JA!, para la alcanzar nuestro siguiente objetivo, el pico Mirueñu, hay que bajar y volver a subir. Hasta aquí nada nuevo, pero resulta que el terreno por el que bajamos y, sobre todo, luego subimos, es un terreno calizo, difícil y complicado con abundantes dolinas pequeñas ( Rafa nos explicó muy bien qué era una dolina) y muchas rocas y bloques calizos que forman grietas, fisuras, hoyos, con afiladas aristas y puntiagudos salientes, lo que nos hace caminar como Dios nos da a entender, intentando encontrar el camino más accesible para intentar evitar lo máximo de rocas ó atravesarlas por su lado menos saliente. La paradoja es, que una vez que lo has superado, hasta lo encuentras divertido, el camino de esta forma, y sobre todo la subida, no se te hace para nada aburrido. No obstante no quiero ni imaginar cómo puede ser este terreno resbaloso por la lluvia ó con niebla.

Subiendo al pico Mirueñu ( 1137 m.) volvemos a tener el mismo problema con el viento ya que subimos por la cara que da al Cantábrico, la cara N.ó NO. En los tramos cercanos a la cumbre era casi imposible mantenerse erguido sin tambalearse, lo que unido a lo complicado del terreno, te obliga a caminar con mucho cuidado. El viento te zarandea a la que menos te lo esperas con el peligro de caída en semejante situación. Si esto me sucedía a mí que soy peso mediano ¿ cómo les habrá ido a nuestros pesos pluma?

Este pico nos vuelve a ofrecer espectaculares vistas en todas direcciones, pero ¿ quién es el guapo que se para a contemplarlas con semejante ventolera?. Pasando la cima y ya en su cara suroeste el viento desaparece como por arte de magia y podemos disfrutar de una ratito de relax, cara al sol como caracoles.

La bajada tampoco tiene sendero especialmente señalado, pero el terreno, aunque sigue siendo pedregoso, resulta más fácil de caminar. Seguimos ruta encontrándonos algunos valles ( todo verde) hasta llegar a la majada del Potril (990m.), idílico paraje en el que además de una cabaña de piedra nueva, hay unas pequeñas charcas de agua que sirven de abrevadero a las vacas que por allí se mueven y que asemejan la mano de un dinosaurio, con tres dedos, ó un trébol.

Nuestro siguiente destino es el pico la Múa (1021 m.) con subida suave, en la que dándote la vuelta contemplas una estupenda perspectiva del pico Mirueñu, al igual que la bajada por mullidos prados verdes.

En el pico Mirueñu pudimos avistar un par de buitres volando muy bajo y cercanos a nosotros.

En el pico de La Múa vimos una manada de gamos a todo correr que apenas si se dejaron fotografiar. Camino de la majada de Espineres nos encontramos un rebaño de ovejas que parecían grandes bolas de algodón, como si tuvieran la lana “cardada”, como alguien comentó detrás de mi. A esta fauna hay que añadir lo ya comentado de las vacas y los caballos.

Y llegamos a la magnífica majada de Espineres dónde nos esperaba un abundante avituallamiento, sidra, empanadas de carne, bollos “preñaus”, tapas de embutidos…y un rato de descanso en este bonito paraje.

En esta majada de Espineres es dónde se celebra cada año en el mes de agosto la Fiesta del Asturcón, declarada de interés turístico regional, en la que se marcan los potros a fuego con la inicial de su propietario y se intenta domar a uno de los adultos. Todo comenzó como una iniciativa para preservar esta valiosa raza de caballos que en un tiempo se encontraba en peligro de extinción.

Desde aquí el camino continúa por una pista de tierra, por la que se puede subir en un coche sufrido ó todoterreno, hasta el Alto de Ovines y baja que te baja hasta el Alto de la Llama, disfrutando en todo este recorrido de unas vistas y unos paisajes envidiables.



Comentado por Loli