Sierra de Lujar

8 de Marzo de 2008

En esta ocasión quedamos a las 8:30h en el cubo.Todos fueron muy puntuales..., ¡¡y eso que vino mucha gente!!, seríamos unos 25, se notó que ya empieza el buen tiempo y no nos espanta el fantasma del resfriado.

(Juan,Rafa,Migue,Rocio,Eva,Ana,Alicia,Heny,Chencho,Antonio Boni,Luis,Ilde,Coco,Elena A.,Elena H., Lidya,Rafa II, Andrés,Silvia,Antonio,Jesús,Rafi,Antonio B., Lola,Alberto,Diego)

Si no recuerdo mal, empezamos la ruta que habían preparado Alberto, Elena y Lidia a eso de las 9:30h.


Durante las 4 primeras horas, apróximadamente, estuvimos subiendo pendientes. Escuché a Lidia, que está superpreparada, decir varias veces que había una zona “durilla”, lo que para mis adentros resonaba a: ¡¡Os vais a morir subiendo una cuesta!!, ¡Ja,Ja!.


No me equivoqué, tuve que subir un tramo del camino doblada del todo, porque si me ponía derecha, me caía para atrás de lo empinado que estaba.
Jamás pensé que diría algo similar...,
¡¡ Me llevaba el viento!!
Resonaban los comentarios del tipo “eso no es una cuesta, eso es una pared” , ¡Ja,Ja!.


En sitios así, es donde se notan los grandes senderistas que hay en la peña, pues aunque a priori no parezca que tengan una gran forma física, no se quejan y son capaces de pasar por donde se propongan.


Bien, después de subir y subir durante mucho rato llegamos a un punto donde el camino se bifurca en dos. A pesar de que la ruta, supuestamente, estaba ya trazada, los organizadores no lograban ponerse de acuerdo sobre cual de ellos tomar…, en fin, eso es ya nuestra seña de identidad, asi que no me extrañó nada de nada…


Una vez optado por uno, volvimos a discutir más adelante sobre si llegar hasta el final del mismo o no. Aquí hubo división y como además coincidió con la hora del almuerzo, unos cuantos se plantaron y empezaron a papear, y otros seguimos un poquito más, para ver las antenas y allí por fin, calmamos también nuestra hambre.
La verdad que algunos nos sentimos un poco desilusionados al llegar a lo alto, las vistas eran casi las mismas que donde se quedó el otro grupo, parecía que no compensaba el esfuerzo.


Nos informaron nuestras estupendos guías, que para de verdad apreciar algo, tendriamos que caminar una hora y media más, pero como no daba tiempo, en este punto dariamos la ruta por terminada..., al menos en su versión subida.
Ahora quedaba volver sobre nuestros pasos para bajar las mismas empinadas cuestas que antes habíamos subido.

La bajada, como la hicimos pensando, en la cervecita fresquita que nos esperaba en el bar, la tomamos a una velocidad record, o al menos a mi me lo pareció, que la gente iba andando muy ligero, sería porque la verdad, estaba bastante cansaeta.


Cuando por fin llegamos, nos tomamos un refrigerio y charlamos animadamente un ratillo.



En definitiva, fue una excursión rompepiernas, donde hubo mucho cachondeo (se ve que es verdad, eso de que la primavera la sangre altera y aunque aún no sea, nosotros estamos igual de confundidos que los insectos y actuamos como si tal cosa), mucho sol (terminamos más quemados que el palo de un churrero), y raticos lectivos muy interesantes, con las explicaciones de Rafa sobre los minerales más llamativos que ibamos encontrando.


Comentado por Mercedes