Fin de Semana en la Sierra de las Nieves

7-8 de Marzo de 2009

Comentado por Diego

Hubo que salir temprano, Loli nos había organizado un fin de semana en la Sierra de Las Nieves, allá por la Serranía de Ronda, siguiendo los pasos del afamado bandolero “Pasos Largos”, que un día diera nombre a nuestra peña, y del que aún quedan algunos vestigios, como el nombre de mi blog, que no hay manera de cambiarlo.


La semana nos había deparado un tiempo desapacible, pero las previsiones para el fin de semana eran de un sol radiante y una temperatura ideal para la práctica de nuestra actividad. Éstas se confirmaron, pues al llegar al Burgo, discurriendo desde Ardales por una tortuosa y estrecha carretera que acompaña al río Turón durante parte de su recorrido, la mañana se mostraba espléndida.

Llegando al lugar de la cita, me pregunto por la asistencia, que imagino volverá a ser escasa, y ¡sorpresa!, el asunto parece estar bastante más concurrido de lo habitual. Nos habíamos juntado unos 15 homínidos y homínidas de la autóctona especie montaniensis nevadensis, dispuestos a meternos un considerable meneíllo en nuestros cuerpos y mentes serranas, de acuerdo con el programa previsto.

Puerto del Saucillo-Torrecilla - 7.3.2009


Cuando llegamos, ya nos estaba esperando una numerosa comitiva, la mayoría de los convocados habían acudido el día anterior y habían hecho noche en el Burgo. Aparcamos y sin tiempo para dejar las maletas en el hotel, nos redistribuimos en los coches para dirigirnos cuanto antes al lugar previsto para el inicio de ruta, donde nos esperaban los guías: El puerto del Saucillo.


Dispuestos en procesión, los vehículos iban ascendiendo por el carril que nos permitiría llegar al mirador situado en el Puerto, y que nos hizo deleitarnos con unas espectaculares vistas de la serranía, que aún se hallaban veladas por algunos girones de la neblina matinal que se estaba deshaciendo.

Comenzamos la excursión, en total yo creo que más de cuarenta personas, cuya meta para algunos era el pico del Torrecillas, y que otros truncarían a pocos km. de la salida, para dirigirse a puerto Bellina y hacer una ruta circular menos exigente.


El inicio de la senda transcurre a la sombra, atravesamos un bosque de pinos y pinsapos, entremezclados con abundante vegetación.


A medida que vamos cogiendo altura la vegetación pierde consistencia, el piornal coloniza casi todo el territorio y se dejan ver unos árboles desnudos, cuyas ramas y aspecto amenazante les hacen parecer los malos del cuento, y que según nos informan son los quejigos de altura, los cuales, en la etapa invernal en la que nos encontramos, se hayan completamente desnudos de follaje.


A estas alturas, la nieve nos acompañará durante todo el trayecto, y podemos observar algunos neveros que en otros tiempos sirvieron para abastecer de hielo a los poblados de los alrededores.


Una voz familiar nos recuerda aquello de las dolinas y uvalas, y los guías van encantados de que alguien les ahorre el trabajo de dar explicaciones.


Dolina va, uvala viene, vamos cogiendo altura hasta situarnos en la base del Torrecillas, hay aquí una fuente en donde brota el agua fresca, el pilar de Tolox, creo que le llaman, y donde algunos deciden dar por concluida la ruta, dejando el placer de la ascensión para gente más dispuesta.


Comienza una media hora de ascenso exigente, que como siempre, se halla recompensado por la gozada de unas magníficas vistas de los alrededores. A un lado parte del litoral malagueño y gaditano, hasta posar nuestra mirada en el peñón de Gibraltar, para dirigirla al poco al litoral africano, en donde la cordillera del Rif destaca con perfecta nitidez. A otro, viejas conocidas, La Maroma, Sierra Nevada. A nuestros pies la campiña malagueña se esparce en un suave vaivén.


Satisfechos con la meta conseguida, emprendemos el camino de regreso, hasta dejarnos caer en el pilar de Tolox, para dar cuenta de nuestras viandas y hacer un descanso reparador.


El camino de regreso lo haríamos por donde mismo vinimos y sin mayores percances.

Llegamos a nuestro destino en el Burgo

Ahora sí, cogemos habitación y depositamos las maletas, pasando a continuación a recorrer los bares de la zona. Lo de la tapa parece ser algo aleatorio, en algunos sitios la ponen y en otros no.
Duchita, cena y a dar una vuelta de reconocimiento nocturno.

El pueblo bulle en ambiente carnavalero.
Cuando en casi todas partes han acabado los carnavales, aquí resulta que es el día grande. Una duquesa de Alba en silla de ruedas, con dama de compañía incluida, se pasea arriba y abajo del pueblo, concediendo una entrevista a nuestra compañera Lydia, que ejercerá de pertinaz reportera. Según declaraciones, se trata del alcalde del pueblo, y posteriormente lanzará el pregón desde el consistorio. Penélope con su oscar, las “melladas olímpicas”, la legión con mascota y autoridades nacionales incluidas, nuestra compañera Heny, que iba de Escarlata O’Hara, en fin, todo un plantel que nos procuró una velada muy animada.

Los Sauces-Peñón de Ronda - 8.3.2009



A la mañana siguiente, sin prisas excesivas para eso de madrugar, y después de un suculento desayuno,

nos dirigimos al encuentro de los guías, que esta vez nos esperaban en los Sauces, un paraje de singular belleza, donde se halla enclavado el convento de nuestra señora de las Nieves, un edificio de finales del s. XVI, que dio cobijo en su época a personajes influyentes que decidieron abandonar el mundanal ruido y convertirse en eremitas al final de sus días.


Nos tenían preparada una ruta suave para la ocasión que al final también se planteó con doble opción y que otra vez dividió al grupo entre los más osados y esforzados, y los más relajados y tranquilotes,...


...para concluir todos en la Rejertilla degustando un magnífico arroz campero, sin voces, pero bien aliñado con hambre, que dio por concluidas estas dos magníficas jornadas senderistas propiciadas y muy bien organizadas por Loli Contreras, a quien desde aquí quiero agradecer el esfuerzo dedicado.

Hasta la próxima.



Comentado por Diego