El día de la Sandía

21 de Noviembre de 2008

Quedamos a las 9 en el cubo, para realizar una ruta que se preveia guiada, en su primer tramo por Rafa, y en su segundo tramo, es decir, a la vuelta por el GPS. Al final, el guía fue Rafa y la intuición.

(Rafa,Juan,Inma,Inma,Luis,Silvia,Antonio,Paloma,Ildefonso, Socorro,Antonio,Pacoto,Miguel,Carlos,Carmen,Alfredo,Ana)




Amaneció un bonito día.
Nos juntamos diecitantos.
Todos curados de espantos,
cargaditos de energía,
y animados por el guía
a descubrir los encantos
del Picacho, del Abantos,
y el Corazón de la Sandía





Iniciamos la excursión
por la pista de la ermita.
¡Esto es un rollo Rafita!
¿no existe ningún atajo,
una cuesta del carajo,
o alguna rambla maldita
que trochando nos permita
aliviar tanto trabajo?




¡Y existía! ¡Claro es!
¡Que pedazo subidón!
¡Una cuesta del copón!
Pero dándole a los pies,
con empeño e interés,
culminamos la ascensión.
(que como es ya tradición,
terminó monte a través).





Alguno llegó medio roto,
con cara de sufrimiento.
Alguno acabó muy contento
y posando para la foto.
La chicas, como una moto,
subieron sin un lamento
el Barranco del Tormento.
Yo, un poco más y exploto.





Continuó la travesía,
Quedaba mucho que hacer.
Paramos para comer,
recuperar la energía,
recargar la batería,
y las fuerzas reponer.
Paramos para comer.
Y de postre … La Sandía.





Llegaba el momento ahora
de tomar la decisión,
de enfocar bien la cuestión.
Pues se acercaba la hora
de preparar sin demora
la subida al Corazón.
Terminada la misión…
¡Viva la madre priora!





Y en la cumbre ¡que contar!.
¡Que paisajes! ¡que visiones!
¡Que grandiosas sensaciones!
¡que maravillas sin par!.
Tocaba ahora bajar
y si no hacían falta crampones,
si nos haría falta un buen par.
Un buen par … y precauciones.





No se pudo acabar mejor.
No faltaron emociones.
Y para descargar tensiones,
paradita de rigor,
cervecitas, buen humor,
fiesta, risas, bendiciones
y mas que tapas, tapones.
Volveremos ¡si señor!





Y esto fue lo que ocurrió
aquel legendario día
que animados por el guía
nos juntamos diecitantos,
y cargados de energía
descubrimos los encantos
del Picacho, del Abantos
y el Corazón de la Sandía.




Comentado por Javier