De Capileira a Soportujar

22 de Octubre de 2011

Comentado por Naxo

Quedamos a las 8:00h en el cubo para, dirigirnos en autobús al pueblo de Capileira donde daría comienzo nuestra ruta. Al llegar allí nos encontramos con un día verdaderamente lluvioso, lo que hizo que el recorrido a realizar fuera incierto. Como guía estaba Antonio Rosillo.

Finalmente el recorrido fue Capileira-Soportujar

(Heny,Jose Miguel,Carmen,Alicia,Raquel,Mª José,Héctor,Gonzalo,Elena,Miguel, Lidia,Joaquin,Antonio Rosillo,Ana,Paco,Reyes,Loli,Alberto,Rene,Andres Cubero,Juan, Ignacio, Inma, Inma, Emilia, Chencho)

Buenos días, y.. algo nublados por que el día comenzaba con probabilidades altas de lluvia… y que no tardó en aparecer para llegar a cambiar el titulo de la ruta pasando a ser Capileira-Soportújar.

Con perfecta puntualidad que hacia ver las ganas con las que iniciábamos el viaje partimos como de costumbre desde la que debería ser nueva sede y futuro emblema del grupo BMN en Granada.

Nada más llegar a Capileira nos preparamos a iniciar la ruta guiados por nuestro buen amigo Antonio (nativo de esta acogedora Alpujarra). Ya bien ataviados con chubasqueros y paraguas la lluvia nos hizo retroceder en nuestro primer intento y refugiarnos en una cafetería dónde hacer tiempo y tomar algo caliente (junto con unas ricas magdalenas).


Con el estomago caliente y el alma animada se tomó la decisión de emprender el viaje cambiando el destino para evitar la tan temida lluvia. Ahora nos dirigíamos por las callejuelas empedradas buscando un sendero que nos alejase de la tormenta y con destino a Cañar.


Pronto se cogió el ritmo y la marcha adecuada y caminábamos por estrechos parajes rodeados de castaños y nogales que ofrecían sus frutos para el deleite de Inma y compañía que no tardaron en hacer acopio de estos manjares.


En un abrir y cerrar de ojos llegamos a Bubión con unas vistas impresionantes de todo el valle, aquí aprovechamos para tomamos fotos del numeroso grupo y en seguida coger el sendero GR-7 (Gran Recorrido) marcado en blanco y rojo que supimos gracias a Loli y que nos llevaría a la tan conocida Pampaneira con sus tejados planos y chimeneas humeantes.


Aquí pudimos ver los lavaderos árabes perfectamente conservados y en la plaza disfrutar de las tiendecillas de artesanía dónde las protagonistas indiscutibles eran las “jarapas” de vivos colores.

También hubo quien se atrevió a beber de la Fuente de San Antonio dónde reza la siguiente advertencia:

No digas de este agua no beberé
pues esta fuente que aquí ves
es fuente de la virtud
y tiene tal magnitud
que a beber su agua invita
la confirmó un devoto
que feligrés qué de esta Iglesia.
Y soltero que la bebe con intención de casarse
¡no falla! pues al instante ...
novia tiene ¡yá lo vés!

Nadie avisó de que el siguiente tramo sería tan duro, la pista era amplia y empinada, a mitad pudimos ver las indicaciones para llegar al centro budista O.SEL.LNG “lugar de luz clara”, orientado a la práctica de la meditación en soledad, dicen que está dirigido por una monja budista española, y en él residen unas diez personas, además de una vaca, una gata y tres perros bautizados con nombres tibetanos, aquí es donde nació el niño Osel Hita Torres, la reencarnación del lama Yeshe.


Encontramos un páramo junto a una casa forestal que nos sirvió de refugio de la lluvia para aprovechar y tomar un buen bocadillo y dónde Heni nos sorprendió ofreciéndonos unos chocolates artesanales comprados en Capileira y con un sabor cautivador.


Tras emprender la ruta y a poca distancia surgieron las dudas sobre la dirección a tomar y si podríamos llegar a tiempo, después de pensarlo se tomó la opción más razonable, volver por un camino junto a las acequias muy cerca del famoso Dique 24 hasta Soportújar,


sorprendente pueblo con calles empedradas y unas bonitas vistas que en días despejados se divisa el mar además de sus numerosos ‘tinaos’, una especie de pasadizos que, debido a la inclinación del terreno, forman las calles al pasar bajo las casas.

Pasamos de largo el Bar El Correillo famoso por sus tapas variadas y dónde nos informaron de los apartamentos rurales, para ya acabar tomando unas ricas cervezas mientras esperábamos el autobús que nos llevaría de regreso después de un día lleno de emociones.

Nuevas y futuras escapadas nos esperan, siempre tan bien organizadas por los responsables de la peña Migue, Juan….

Muchas gracias a todos y hasta la próxima.