Sábado, 15 de Abril de 2023
Crónica: Mariano – Entra y disfruta de la experiencia vivida.
(Inma, José Antonio, Rafi, Francisco Javier, Mayte, MªCarmen, Mª Luz, Mati, Luis, Mariano, Mª José, Joaquín, Mª Angeles, Raimundo, Inma, Nala)
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Fotos de Inma Andarina
Video Realizado por Naxo
DESCRIPCIÓN DE LA SALIDA
He de confesar, antes de continuar, que asumo el reto de esta crónica con cierta “paura” teniendo en cuenta los narradores que me han antecedido y sobre todo por EL NARRADOR.
Tal y como últimamente hacemos a las nueve de la mañana “clavados” en el Cubo y más o menos organizados con los conductores de los coches que nos trasladarán y con ansia por disfrutar de una jornada agradable y se intuye que algo dura en el caminar.
Contamos con la estación del año, la Primavera, que en circunstancias normales sería con más lluvia, pastos verdes y nieve en las altas cumbres de Sierra Nevada, todo un espectáculo para los sentidos y que esta temporada brilla por su ausencia
El punto de reunión, barrio alto de Güejar Sierra, la fuente de los 16 caños aunque hay quien cuenta con 17 que imaginando lo que nos espera no entramos a discernir el número exacto. Tiempo habrá
Allí se encuentra el panel de información con el itinerario desde la fuente4 hasta el collado del Aguacil que seguiremos durante un buen rato. Por una pista hormigonada, empinada, ascendemos dejando atrás la población situando sobre ella disfrutando de muy buenas vistas.
Ascendemos con moderación, al frente la cabecera del Valle del Genil y las altas montañas de Sierra Nevada raquíticas de nieve. Te vuelves y miras hacía atrás y el valle se pierde hacia la meseta. Espectacular.
No perdemos el ánimo y casi despreciamos de la observación la alberca de la Solana y a la izquierda, bordeando el estanque, comienza una vereda que llegando hasta la Cañada del Pinero está compuesta con formaciones de roca caprichosa y llamativas. El trecho más duro de ascenso prosigue y se encamina hacía un mirador natural, coronado por dos cruces, desde donde contemplamos unas vistas espectaculares del Valle del rio Genil, el disminuido volumen de agua del embalse de Canales , el Tajo del Castillejo o del mismo Güejar Sierra, pero sobre todo de las majestuosidad de las cumbres de la cara norte de nuestra Sierra
A Poco más de un kilómetro Los Parapetos del Calar y de frente a unos pasos descubrimos el ascendente camino hasta llegar a la posiciones defensivas de El Toril situado en el alto del mismo nombre.
Cuando historia de pasados e inútiles enfrentamientos esconden sus muros. Algunas, algunos, se introducen en las trincheras y bunker aprovechando el momento foto para llenar las tarjetas de memoria de nuestros dispositivos y ya llevamos unas cuantas instantáneas de la ascensión
Descendemos por el sendero de la Cañada del Piñero hasta a una pequeña meseta, llana, con paneles informativos donde reponemos fuerzas extasiados ante el escenario que se nos ofrece antes nosotros. Hay también quien dedica ese pequeño recreo para comenzar su particular “cosecha” y recolectar moñigas y hacer abono para las plantas casera.
Bajando ya por la vereda correcta un minúsculo susto de Luis que resbala sobre unos matorrales pero queda en eso, un susto.
Pasamos por encima del pueblo, por el camino acertado, con idea de no atravesar Güejar y llegar a la meta donde esperan los coches. A la izquierda quedan dos extrañas construcciones redondas, a cielo abierto, e intentamos deducir cual puede ser su utilidad. Deducimos que probablemente sea un lugar donde trabajan con aves rapaces para posteriores exhibiciones de cetrería.
La Fuente de los 16 caños ya está a nuestro alcance. Llegar a ella y comenzar a destilar jugos gástricos es todo uno. En la mente se instala ese reconstituyente de cebada bien fresquito. Acomodados vemos como el encargado del chiringuito que nos ha de atender es todo un prodigio de la cibernética y de la informática con su particular método para anotar la comanda.
Tapas magnificas, boquerones perfectamente fritos, más bien de chambao de playa que de chiringo de montaña. Para la segunda tapa y tras una leve disputa evaluando la calidad de la morcilla de Trevélez frente a la de Güejar la discusión queda zanjada después de dar cuenta de dos magníficos platos que nos pusieron sobre las mesas y para la digestión chupitos de “vete tú a saber que licor era” pero que también caen.
Realmente y desde el corazón la mejor tapa son las risas, chascarrillos y el buen rato que siempre está asegurado.
¡¡¡Una alegría!!!
Muy buena crónica Mariano!!!
Describes el día que echamos con todo lujo de detalles!!!
Muchas gracias.