Acequia de Fardes

Domingo, 3 de Junio de 2018
Promotora:  Elena
Comentado por Loli

El día amaneció soleado, pero no caluroso, así que las expectativas eran muy buenas.  Nos dirigimos al cubo a las 8:30h de la mañana, para ir  al área recreativa de la Fuente de los Potros, punto de encuentro e inicio de la ruta.

Acequia de fardes

(Nacho, Mª José, Katty, Antonio B., Carmen N. Inma R. Elena S. Elena H. Diego, Raquel, Loli. Y los perros Nala y Tuca)

RUTA POR LA SIERRA DE HUETOR. ACEQUIA DEL FARDES, CIRCULAR DEL MAJALIJAR, COLLADO DEL AGUA, VUELTA A LA ACEQUIA DEL FARDES.

Allá por un mes de junio de 2013, cuatro andarinas decidieron darse una vuelta, sin demasiadas pretensiones, por la Sierra de Huetor. Querían comprobar si aún era posible encontrarse peonías. Comenzaron a caminar por donde mejor les pareció y dio como resultado una ruta no demasiado extenuante ni larga, pero sí muy placentera y con varias sorpresas agradables en el camino. Y sí, encontraron muchas peonías, sobre todo en las zonas altas visitadas.

Acequia de Fardes

Hoy vamos a intentar rememorar aquella ruta.

Algunos quedamos en el Cubo y otros se trasladaron directamente hasta el área recreativa de la Fuente de los Potros, punto de encuentro e inicio de nuestra andadura de hoy.

Desde el sendero circular de la Fuente de los Potros, adaptado para todos los públicos, conectamos por camino empinado de tierra con la Acequia del Fardes que se encuentra muy cercana. Hemos pasado del bosque de repoblación a un autóctono encinar y sauceda.

La Acequia del Fardes es un centenario canal nazarí. Sí, un canal que discurre sobre un lecho de piedra con siete siglos de existencia. Los árabes lo idearon para desviar agua del río Fardes (que nace en Sierra Arana) y llevarla hasta la vega norte de Granada.

Este canal aporta la humedad suficiente para mantener uno de los pocos bosques originales de encinas, quejigos, robles, sauces y mimbreras de la Sierra de Huétor. El agua, limpia y clara, camina rápido en su canal y nosotros caminamos a su vera, por la senda paralela al canal. Amparados por este bosque que mantiene una explosión de verdor por ser primavera y ayudado por las pasadas lluvias. Es una gozada caminar por esta senda.

Los rayos del sol se filtran entre los árboles creando reflejos mágicos, aportando un halo de misterio y encanto que, probablemente, diera lugar a las leyendas que sobre la acequia circulan y relacionadas con aquellos antiguos acequieros árabes que cuidaban el canal. Pero no es solo esto lo que contemplamos. Esta humedad propicia también la aparición de abundante y variada vegetación de porte bajo, rascaviejas, agracejos, torviscos…. Y tantas otras cuyos nombres ni conocemos. Y muchas de ellas presentan su floración que recién comienza a aparecer. Por supuesto nos encontramos algunas peonías que nos regalan su espléndida flor rosada que destaca entre el abundante verde.

Y si todo ello no fuera suficiente, hay que añadir que de vez en cuando la vegetación se abre y nos deja ver el cuadro incomparable de las montañas de la Sierra de Huetor. Aún no se distingue por encima de esta sierra las figuras más imponentes de los macizos de Sierra Nevada. Pero todo llegará.

Antes de llegar al camino correcto que giraría a la derecha, para subir al Majalijar, nosotros torcemos también a la derecha. Pero por pequeños senderos de cabras, fieles al instinto de andarina que siempre escoge el vericueto más difícil. El final es el mismo. Subida la fuerte pendiente alcanzamos la explanada que se extiende a los pies del Majalijar. Ya que la acequia recorre las laderas de una pequeña cordillera que hace de frontera entre la Sierra de Huetor y Sierra Arana, lo que hemos subido corresponde a uno de los extremos de esta pequeña cordillera. Por encima de la misma se alza el Tajo de las Buitreras que ya alcanzamos a ver desde esta explanada.

Ante nuestra vista se alza imponente la mole del Majalijar, con sus dos picos y sus 1878 m. de altitud. Hacia la izquierda se extiende la llamada Cuerda de la Gallega.

Nos dirigimos hacia la derecha, hacia el collado de las Buitreras. Hemos dejado el bosque atrás y ahora disfrutamos de vegetación de media montaña. Las flores amarillas de la genista y las flores moradas del piorno cojín de monja nos van regalando su perfume. Entre las mismas aparecen algunas peonías que a esta altura aún no han florecido. Su explosión de colorido tendrá que esperar algunos días más.

Hacemos un pequeño alto en nuestro caminar para tomarnos un pequeño refrigerio. Las vistas son ahora completas. El Majalijar, el Alto de las Buitreras, El cerro Orduña, sierra Arana encabezada por el Peñón de la Cruz y siguiendo por el Jinestral, el valle de Prado Negro y varias colinas y montañas de la Sierra de Huetor sobre las que ya aparecen los picos de Sierra Nevada aún con muchos restos de nieve. ¿Se puede pedir mas?. El buen tiempo y la buena compañía ya la tenemos.

Acequia de Fardes

Vamos rodeando el Majalijar y en nuestro ángulo de visión aparece un gran rebaño de cabras montesas el cual comienza a desplazarse a gran velocidad montaña arriba, espantadas y huyendo a todo correr. El origen de tal estampida no es otro que los ladridos y el acoso de la perra Tuca que no les ha dado ningún cuartelillo. Menudo perro ovejero hubiera llegado a ser.

En la otra vertiente del Majalijar, por el que en otras ocasiones hemos subido a su cumbre, bajamos a una depresión que separa esta montaña de las otras de Sierra Arana. Es un auténtico “polje” formado en este terreno calcáreo, el cual se encuentra relleno de verde y abundante hierba. En otras ocasiones nos lo hemos encontrado todo anegado y convertido en barrizal. Lo cruzamos y nos adentramos por las colinas de las estribaciones de Sierra Arana, por debajo del Cerro Orduña, cruzando senderos que van a media ladera.

Acequia de Fardes

Llegado un punto, el camino que seguimos se bifurca. Hacia la izquierda parece dirigirse a otras alternativas que ofrece Sierra Arana. Por allí se encaminó un grupo de senderistas que nos habíamos encontrado subiendo desde la Acequia del Fardes y caminaban delante nuestra. Algún día habrá que explorar por aquí. Nosotros nos dirigimos a la derecha, siguiendo un camino a media ladera. Por allí nos encontramos una alambrada, (en el 2013 también) que fuimos rodeando. La alambrada continúa hacia la cumbre de una colina pero tiene una puerta que se puede abrir y la cual hay que volver a dejar cerrada.

Ya tenemos a la vista el Collado del Agua y el cortijo que se encuentra bajo el mismo, el cortijo Tomaina o del Agua. El Collado del Agua es un punto clave en esta sierra ya que desde el mismo se puede subir al Peñón de la Cruz o al Cerro Orduña. Pasando este collado también se puede llegar a la localidad de Iznalloz. Nos dejamos caer hasta el cortijo y nos adentramos en un amplio camino de tierra que nos llevaría hasta el caserío de Prado Negro. Pero como a medio camino nos desviamos a la derecha por una vereda que se encuentra horadada en la misma montaña calcárea que se alza por encima de la misma.

Acequia de Fardes

Esta vereda es también bien bonita. Por ella se va viendo el valle de Prado Negro y se encuentra rodeada de frondosa y colorida vegetación a un lado, y por otro, curiosas formaciones rocosas provocadas por la erosión. No la recordaba yo así de bonita.

Acequia de Fardes

En el 2013 nos encontramos una cascada que caía sobre la misma vereda. Cascada que tuvimos que cruzar poniéndonos un chubasquero porque era mucha el agua que caía sobre nosotros y no había otra alternativa para evitarla. Encontramos el lugar, pero no había ninguna cascada. De primeras nos extrañamos porque no era normal que no tuviera agua, con la de lluvia que ha caído en estos meses anteriores. Pero finalmente resolvimos la incógnita.

Lo que vimos en 2013 no es que fuera un espejismo, la caída de agua era real y tenemos fotos que lo corroboran. Pero seguro que fue una cascada temporal, fruto de una rotura de la Acequia del Fardes que circula, pegada a la roca, por encima de esta vereda. Arreglada la rotura ya no hay cascada ni escape de agua. Bien está así, aunque nos perdamos el espectáculo visual de aquella bonita caída.

Acequia de Fardes

Acequia en 2018

Acequia de Fardes

Acequia Fardes 2013

Más adelante nos reencontramos con esta acequia de nuevo que ya incorpora su cauce paralelo a la senda. Junto a uno de sus puentes de piedra, rodeados de este bosque nativo y de bonitas peonías, nos comimos nuestro bocadillo, el cual, en este entorno, siempre nos sabe a gloria. Estábamos muy cerca ya de la Fuente de los Potros, a la que llegamos en breve.

Con los coches fuimos al caserío de Prado Negro a disfrutar de una merecida cerveza en uno de sus bares.

Otra bonita jornada de senderismo había llegado a su fin.

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Video Realizado por Nacho

 

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