Ascenso al Peñón de la Mata

11 de Junio de  2016
Promotor: Jose Antonio de la Hoz
Comentado por Jose Antonio de la Hoz

A las 8.30 de la mañana estábamos todos en el Cubo a la expectativa por el reencuentro con los veteranos y el saludo a un número significativo de nuevos socios.

Peñón de la Mata

(Miguel Serrano, Antonio Martín, Gema Rodriguez, Mágdalena, Miguel Angel, Maty, Luis, Herminia, Lidia, Joaquin, Gonzalo, Elena, Rafi, M. José, Mercedes, Jose Antonio, Loli, Araceli )

Tras estos prolegómenos y después de que el guía explicara cómo llegar a Cogollos Vega echaron a andar los ocho coches, unos para Cogollos Vega, otros para la Venta del Molinillo y otros todavía se está investigando por la Guardia Civil.

Tras la espera a la entrada de Cogollos conseguimos juntarnos casi todos, pero no contentos con este primer despiste el guía -¡vayaaaa guía!- se saltó el desvío por el Camino de las Acequias y se quedó un rato a la sombra esperando a los que no iban a llegar. Siendo consciente de su fallo retomó el camino correcto en último lugar por lo que cinco de los ocho coches se fueron a aparcar a la cumbre del Majalijar. Después de un tenso intercambio de pareceres por el móvil, los cinco indómitos bajaron del Majalijar a la explanada prevista. Tras un áspero cruce de miradas emprendimos la marcha y decidimos perdonarle la vida al guía y darle un voto de confianza.

Peñón de la Mata

Llegamos al Collado de San Agustín y, después de que Lidia se comiera una manzana, comenzamos la ascensión. Ya se sabía que aquello no iba a ser un paseo pero, a pesar de eso, cuando empezó el tramo de categoría especial se oyeron, por lo bajini, algunos piropos dirigidos al guía y a su familia. La tensión era tal que se desprendieron algunas rocas.

Peñón de la Mata

Una vez en la cima visitamos un búnker medio escondido, nos echamos unas “afotos”, de las que excluimos al guía por razones obvias (conseguimos por whatsapp una orden de alejamiento) y seguimos por la arista que nos permitía llegar a una segunda cumbre y disfrutar del Pantano del Cubillas. Antonio y loli bailaron la danza del vientre, que les enseñó un tal Rafael, profesor de Sánscrito, para deleite de los cansados socios y como estrategia de fidelización de las nuevas incorporaciones.

Peñón de la Mata

A estas alturas, perdida la confianza en el guía, cada uno emprendió la bajada por la arista del Peñón que más le gustó, pero llegando al Collado al mismo tiempo. Allí Miguel Ángel nos informó de que se le habían desprendido las dos suelas de sus botas, que solo tenían 30 años de antigüedad, por lo que no podía continuar la ruta hasta el Peñón del Jorobado. Antonio, el nuevo presi de la Peña, decidió acompañarlo para que no se perdiera junto con un numeroso grupo entre los que se encontraba Elena, Gonzalo y otras almas solidarias. Iban al bar de la plaza del pueblo para amortiguar el drama del abandono involuntario.

Ascenso al Jorobao

Un buen número de insolidarios siguieron en dirección al Jorobado. Lidia decidió que el guía había perdido la poca credibilidad que le quedaba y se fue sola a hacer cumbre, dejándose llevar por su intuición. Un kilómetro después la vimos –gracias a los prismáticos de Luis- subiendo por la ladera, campo a través con Miguel –al que había arrastrado a la perdición- hacia el camino correcto. En medio el guía y tres más y en la cola Loli explicándole la zona a algunas de las nuevas incorporaciones. Después de dos horas Nacho, al que nos encontramos cuando bajábamos del Peñón de la Mata, y siete intrépidos más (Gema, Luis, Miguel, Lidia, Joaquín, Araceli y el guía, que llegó por separado por lo de la orden de alejamiento) hicieron cumbre.

Durante la bajada del Jorobado recibimos un mensaje de Loli en el que nos informaba que los que abandonaron tras el Peñón de la Mata habían hecho terapia en el mismo bar en el que ella se encontraba, acompañada por alguna nueva incorporación y viejas glorias, comentando los aconteceres del día. Nos entró algo de envidia y bajamos por la directa, llegando en menos de media hora a los coches. En Cogollos vimos a Loli y compañía, nos contó la terapia que habían hecho y nos animamos a imitarla. Cuando llegó la hora de pagar Luis dijo que había que invitar a los conductores y al guía pero, tras un conato de linchamiento se votó para ver si pagaba el guía todo como forma de compensar el día que nos había dado.

Al final nos llamó uno de los coches que se perdieron nada más salir diciéndonos que estaban en Marchena y que como regresaban a Granada. Loli les dijo que mejor mandaran a Granada el coche por Seur urgente y que ellos cogieran un autobús de línea. Esta es la realidad y no os fieis de lo que os cuenten otros.

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Video Realizado por Nacho


 

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